Su ocre pelo besa suave
la brisa tenue
de una mansa tarde.
Sus blancos dientes
lamen leves
sus rosados labios,
mientras encubre parte de su vientre
con seis cuerdas,
que bailan junto a sus finas manos.
Olvidados, mis negros ojos miran
a dicha niña,
cuando ciegos piensan:
Perdida sonrisa alegre
que florece tierna
en una mansa tarde.
Goza pequeña,
goza porque el reloj arde.
la brisa tenue
de una mansa tarde.
Sus blancos dientes
lamen leves
sus rosados labios,
mientras encubre parte de su vientre
con seis cuerdas,
que bailan junto a sus finas manos.
Olvidados, mis negros ojos miran
a dicha niña,
cuando ciegos piensan:
Perdida sonrisa alegre
que florece tierna
en una mansa tarde.
Goza pequeña,
goza porque el reloj arde.
gbc
Fotografía de Anna Viñas Buñol
Fotografía de Anna Viñas Buñol
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