En el trance del éxtasis, culminando sonrisas
con aquellos que voy de la mano agarrados,
la esencia de Machado y el camino como testigos, sin prisas
sentado en retrete de madera, sonsacados
mis dolores de cabeza. El alma delante del espejo,
y me dice:
- ¡Oh Capitán, mi Capitán!
me guiarás hasta la felicidad o te vas a quedar ahí perplejo.
Mi picara sonrisa brota, y mis dedos citan
“los versos más tristes de esta noche” de Neruda,
mis ojos sudan, la gramola suena y mi voz muda
retumba en el cuarto aislado de toda vida curda.
con aquellos que voy de la mano agarrados,
la esencia de Machado y el camino como testigos, sin prisas
sentado en retrete de madera, sonsacados
mis dolores de cabeza. El alma delante del espejo,
y me dice:
- ¡Oh Capitán, mi Capitán!
me guiarás hasta la felicidad o te vas a quedar ahí perplejo.
Mi picara sonrisa brota, y mis dedos citan
“los versos más tristes de esta noche” de Neruda,
mis ojos sudan, la gramola suena y mi voz muda
retumba en el cuarto aislado de toda vida curda.
gbc