En la luz de velas,
cuyas ceras blancas
me iluminan,
yo sueño.
En el agudo son de guitarras,
cuyas finas cuerdas vibran
y chirria mi alma como una cigarra,
yo siento.
En las endebles llamas,
que llaman y exclaman
mi nombre en mi drama,
yo vivo.
En el olor de mis plumas,
cuyas barbas verdes prendieron
y se convirtieron en ceniza de brumas,
yo escribo.
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